La terrible masacre sucedida en Orlando y, semanas previas, en Xalapa contra un sector específico de la población dada su orientación sexual y/o expresión sexo-genérica no heteronormada enciende luces de alerta sobre un asunto en constante tensión en estados democráticos: la convivencia pacífica que debe prevalecer en un ambiente de pluralidad y diversidad donde el conflicto y la diferencia debe ser entendida como parte de la democracia como forma de vida.

Si bien, la idea de crimen de odio pudiera ubicar en el imaginario a este hecho lamentable como algo aislado o extraordinario creo que, en el contexto del avance de reconocimiento a la protección de los derechos de la población de la diversidad sexual, tanto a nivel local como a nivel mundial, evidencia la tensión constante entre diversos sectores de la población y la obligación del Estado y sus Instituciones para generar los mecanismos y las políticas públicas para asegurar el ejercicio pleno de sus derechos de todas las personas.

Se oyen voces de legisladores y legisladoras que dicen que trabajarán a favor de la mayoría pero omiten reconocer que en un sistema democrático las minorías –de cualquier tipo, religiosas, ideológicas, sexuales, entre otras- debemos tener el marco legal para existir, organizarnos, manifestarnos y desarrollarnos en plenitud.

Es muy importante no perder esto de vista porque el debate existe y es legítimo. Ahora es el matrimonio igualitario y las adopciones homoparentales. Pronto, las leyes de identidad de género a favor de las personas trans y a la segregación sexual binaria en ciertos espacios, como los sanitarios, como sucede en Estados Unidos, entre muchas otras.

Sin embargo, en este debate siempre estará presente la peligrosa idea de desaparecer o invisibilizar a quien piensa diferente, simbólica, legal o físicamente. Y, como dice, José Woldenberg: “Quizás uno de los indicadores más claros para evaluar la existencia o no de la democracia sea precisamente el estatus jurídico y real que gozan las minorías”.

Rebeca Garza

21 de Junio de 2016