El cissexismo es la idea o la suposición de pensar que la identidad de las personas transgénero o transexuales, o la forma en que se expresan o lucen es menos auténtica o verdadera, o que vale menos, que el de las personas cisgénero o cisssexuales.

En sí es un acto de violencia que cometen las personas cis hacia las personas trans y que es actualmente aceptado y normalizado por la sociedad partir del propio privilegio cisexual.

Ejemplos de estas formas de violencia cissexista en la vida cotidiana son:

  1. Cuando negamos la identidad de una persona trans usando el pronombre incorrecto. Por ejemplo, “el transexual” para referirse a un mujer trans.
  2. Cuando al conocer a una persona trans sentimos que tenemos derecho de preguntar sobre temas que no le preguntaríamos a una persona cisgénero como: ¿y ya estas operada? ¿desde cuándo te diste cuenta que eres hombre o mujer?
  3. Cuando asumimos que es un halago decirle a una mujer u hombre trans que NO parece trans, suponiendo que la imagen cis –cualquiera que sea ésta- es más deseable.
  4. Cuando negamos el acceso al sanitario a una persona trans, por ejemplo, o cuestionamos los supuestos motivos “perversos” para desear ingresar a un espacio acorde a su identidad de género.

La manifestación de esta violencia cissexista se agudiza cuando se vuelve institucional, como:

  1. Cuando a una mujer trans que es procesada penalmente la internan en una cárcel de hombres colocándola en una situación de terrible vulnerabilidad.
  2. Cuando las instituciones que deben trabajar a favor de los derechos de las mujeres, como los institutos de mujeres, no contemplan planes o proyectos para las mujeres trans porque asumen que “no son mujeres de verdad o de nacimiento”.
  3. Cuando ninguna institución se preocupa por visibilizar y censar a la población trans, como el INEGI, como CNDH, como CONAPRED así como los partidos políticos hacia su militancia por no considerarla una identidad válida y perpetuando así su invisibilización.
  4. Cuando las escuelas rechazan reconocer la identidad de sus estudiantes trans obligándoles a ajustarse a una norma o les expulsan negándoles el derecho a la educación.

Reconocer e identificar la violencia cissexista es muy importante porque sólo así podremos empezar a trabajar en erradicar la violencia sistemática y estructural que viven las personas trans en México.

Rebeca Garza