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La reciente victoria de Trump ha levantado señales de alarmas no sólo por su agenda política sino porque su triunfo ha dado carta de naturalización a los prejuicios racistas, misóginos y hacia la  población de la diversidad sexual.

Poco después de su triunfo,  han surgido agresiones homofóbicas y racistas. Aparecieron en escuelas de Estados Unidos pintas que decían “bye bye Latinos hasta la vista”, “la vida de los negros no importan, tampoco su voto”, “poder blanco” y han llamado “recolectores de algodón” a las personas negras e incluso han llegado a las agresiones físicas.

Esto me parece preocupante por las siguientes razones:

  1. Sin los pronunciamientos y respuestas institucionales eficaces y prontas que rechacen y sancionen estas agresiones se corre el riesgo de normalizar el discurso de odio y sus manifestaciones.
  2. Esta normalización no sólo generaría más violencia, sino que pudiera permear en la institucionalización de la discriminación bajo un malentendido discurso de la mayoría por medio de acciones u omisiones que signifiquen estancamiento, en el mejor de los casos, o retrocesos en materia de derechos humanos.
  3. Lo anterior, puede tener un efecto en México donde grupos conservadores que ya se han pronunciado contra los derechos de las mujeres a decidir sobre su cuerpo, contra el matrimonio igualitario y las leyes de identidad de género, pueden ver también legitimadas sus aspiraciones al intensificar acciones que rechacen los pocos avances logrados o que modifiquen el entramado institucional que protegen derechos.

El escenario tanto en Estados Unidos como en México parece complicado, especialmente para aquellas personas que encarnan múltiples categorías de opresión: como las mujeres y personas no binarias en situación de precariedad, racializadas y/o con una condición translésbica.

Por lo tanto, me parece que  las instituciones y los procedimientos democráticos creados para proteger derechos humanos seguirán estando a prueba ante la constante tensión propia del principio de mayoría que no puede existir si se vulneran derechos de las minorías.

Rebeca Garza

@Rivka_Azatl