En los últimos días han sido noticias nacionales agresiones a diferentes mujeres[1] como la golpiza a Ana Guevara, el caso de la agresión a la cantante María Barracuda, el caso de una joven que fue tomada como rehén en un asalto en Iztacalco, el asesinato impune de Paola, una mujer trans, y la terrible tragedia de la mujer de Tepeaca en donde un hombre le arrojó ácido en la cara.
Ahora bien, quizás han sido casos mediáticos por ser personas famosas o por las condiciones peculiares o trágicas en las que sucedieron, sin embargo, este es el contexto de riesgo en que todas las mujeres vivimos en México todos los días, situación que se sigue subestimando en la aplicación de diversas políticas públicas.
Asimismo, como se ha documentado en otros casos, la revictimización y criminalización de la víctima o sobreviviente sigue siendo una práctica que no sólo se han registrado en las instituciones sino que hacen eco en las redes sociales cuando una mujer denuncia la violencia machista.
Hay quienes argumentan que la violencia es violencia sin importar el género y eso es una forma de invisibilizar la situación tan grave que actualmente se vive en México. En ese sentido, te invito a preguntarte cada vez que creas que la denuncia de la violencia machista es exagerada o injusta:
- ¿a quiénes agreden verbalmente por la ropa “provocativa” que llevan puesta?
- ¿a quiénes obligan a prostituirse las redes de crimen organizado?
- ¿qué personas son más asesinadas por sus propias parejas incluso en su propias casas?
- ¿qué personas aparecen asesinadas, muchas veces con signos de abuso sexual, en los campos, aguas negras, baldíos, y lugares abandonados?
- ¿a quiénes se les juzga sus capacidades intelectuales por su imagen o sus atributos físicos, incluso por si tiene hijos o no los tiene?
- Y un largo etcétera.
Esto no es un victimismo para prejuzgar a todos los hombres. Al contrario, es importante reconocer que vivimos en sociedades donde cotidianamente recibimos estímulos que nos hacen creer que estas situaciones de violencia son normales o ellas se lo buscaron y no es así.
Si queremos educar para la paz y para una efectiva convivencia pacífica es necesario que reconozcamos esta normalización de la violencia y la cuestionemos todos los días… aunque te llamen feminazi. Aceptando que existe este problema será el primer paso para que trabajemos como sociedad para resolverlo.
Rebeca Garza
@Rivka_Azatl
[1] “Senadora, cantante, cajera y ama de casa, agredidas en una semana”. El Universal. 16 de diciembre de 2016: https://t.co/Lg8QP8dhTQ
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