Gracias Daniel Santiago Cruz, periodista del periódico «El Norte» por incluirme en esta entrevista en conmemoración al 25 de noviembre: Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. Atte. Rebeca Garza.
¿Por qué es necesario un Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer?
En primer lugar, considero que debemos hablar de las violencias hacia las mujeres para insertar en el imaginario que el colectivo de mujeres no es monolítico ni homogéneo. Y, en segundo, porque las violencias hacia las mujeres (sean cisgénero, transgénero, muxe, lesbianas, intersex, bisexuales, indígenas, con discapacidad, etc) no solo son violencias de género sino que están atravesadas por otras características tanto de índole personal como de su contexto social, histórico e incluso geográfico. Creo que es muy importante tener en cuenta esto porque permite tener un acercamiento de la complejidad de las diferentes formas de violencia que padecemos cotidianamente todas las mujeres y que, en muchos entornos sociales, está normalizada e incluso es considerado como algo legítimo (como golpear y tener actitudes posesivas con la pareja, la epidemia de embarazo adolescente especialmente de familias de zonas rurales, marginadas o de pueblos originarios, la falta de acceso a la educación, a la salud y a una buena alimentación de muchas niñas de pueblos originarios aún hoy en día, violar a la esposa por considerar que es parte del “débito conyugal”, negar o rechazar las identidades de las personas trans y muxe, asumir que las mujeres con discapacidad no pueden llevar una vida plena, someter a las niñas intersex a cirugías invasivas para ajustarlas a un ideal cisgenérico y heterosexual, entre otras formas de violencia ). Por lo tanto, la conmemoración del día internacional de la eliminación contra la violencia hacia las mujeres, NO es una celebración, sino que es un recordatorio para revisar las violencias que aún existen, las nuevas que empiezan a surgir (como el ciber-acoso en las redes sociales, el tomar fotos de mujeres y circularlas en grupos de whatsapp de hombres, entre otras modalidades) así como los retos y pendientes a atender tanto por la sociedad civil como por el Estado Mexicano, sobre todo éste último, y recordar las vidas que han sido arrancadas por la forma extrema de violencia hacia las mujeres: la feminicida y continuar exigiendo justicia bajo el grito de #NiUnaMenos.
En el entendido que todos y todas pueden sufrir violencia: ¿Por qué es importante un trabajo especial por las mujeres?
Porque está ampliamente documentado que las mujeres (y todo aquel cuerpo que pueda ser leído socialmente en clave femenina de acuerdo a su momento histórico) en todas las sociedades y en todos los momentos históricos se han encontrado en situaciones de subordinación y, por lo tanto, de opresión, con respecto a lo que se considera en ciertos contextos como masculino, y generalmente, el epítome de lo masculino son los cuerpos designados como hombres y que socialmente se expresan como heterosexuales, especialmente aquellos que están fuertemente ligados con ciertos poderes políticos y económicos y esto está vinculado con otras características como su origen étnico, sus expresiones de género, sus ideas políticas, su clase social, entre otras categorías que pueden representar privilegios con respecto del resto de la población. En México, asesinan a una mujer cisgénero cada 7 días, no tenemos cifras de cuantas mujeres trans y muxe son asesinadas, casi ningún caso tiene acceso a la justicia y mucho menos a la reparación del daño, México es el segundo país más transfeminicida en Latinoamérica según el Observatorio Transgender Europe, hay reportes que 2 de cada 3 mujeres han sufrido violencia de género en México, la desaparición de mujeres y niñas en diferentes partes del país ha aumentado en los últimos años de forma dramática y hay estimaciones que detrás de las desapariciones existen redes de tráfico de mujeres y niñas para fines de explotación sexual, casi no se habla de las cirugías invasivas que viven las niñas intersex en México para ajustar sus cuerpos a una idea binaria de la diferencia sexual y en las zonas rurales, marginadas o indígenas están invisibilizadas, la cifras de mortalidad por embarazos de mujeres indígenas siguen siendo altas, las mujeres embarazadas siguen siendo despedidas por esta razón, las mujeres muxe de Oaxaca siguen sin tener un reconocimiento legal a sus identidades y las mujeres trans del país, a excepción de CDMX, Nayarit y Michoacán tampoco tienen reconocimiento legal a sus identidades, las mujeres lesbianas en gran parte del país siguen sin tener reconocimiento al matrimonio igualitario, a la adopción y a cubrir con derechos sociales a su familia sin enfrentarse con obstáculos burocráticos, las mujeres de diversidad funcional o con discapacidad siguen siendo vistas a partir de políticas asistencialistas y no por políticas que fomenten la inclusión, entre muchas otras historias de rechazo, exclusión y violencia que viven niñas, adolescentes y mujeres a lo largo de toda su vida.
¿Qué responder a comentarios como los siguientes que han llegado a través de diferentes publicaciones?
ALGUNOS EJEMPLOS DE COMENTARIOS:
– En el artículo «Exigen difundir protocolo antiacoso», publicado el14 noviembre 2017: «Femininazis arden por justicia sin cara a cara! Atte Ex-A-Tec Machistas» / «También debe haber un protocolo contra las «ofrecidas» que cuando no pueden con la materia van a ofrecerse y si no las aceptan arman un escándalo. por que de que las hay las hay.. cualquiera que haya estudiado le toco haber visto eso» /
– En el video «Viven violencia 2 de cada 3 mexicanas», publicado el 27 de agosto: «ahora hasta no darles dinero es violencia» / «Las mujeres también son violentas con sus maridos, y más con sus hijos porque no se pueden defender»/ «Si catalogan como violencia el ignorar o levantar la voz pues con madre… Y de maltrato infantil ejercido por mujeres cuantos niños han sido victimas?? 10 de cada 10 supongo» / «Y vienen los activistas para salvarlas. Los más violentados son los niños varones, los más violentados sexualmente son los niños varones., ya que por ponerle tanta atención a las niñas dejan en descuido a los niños. La violencia no tiene género, es de los humanos.
– En el video «Violencia familiar. Dejan atrás el dolor / Tercera parte». publicado el 9 de junio: «No veo hombre casos de la vida real, ni lo que callan los hombres,que acaso no somos ya iguales?»
– En el video «Violencia familiar: el enemigo en casa», publicado el 5 de junio: «Y las mujeres que golpean y humillan a los hombres???» / «La violencia en contra de los hombres es peor, hasta se burlan»
Esos comentarios reflejan valores, actitudes y comportamientos que consideran normal las diferentes formas de violencia hacia las mujeres, muchos de ellos escudados en el ejercicio de la libertad de expresión pero mal entendida, desde mi punto de vista, porque lo que hacen es perpetuar estereotipos y prejuicios no solo de género sino que muchos de ellos están atravesados por otros prejuicios clasistas, LGBTfóbicos, capacitistas, racistas, entre otros. Muchos de esos comentarios contra las mujeres no solo hablan desde una posición de privilegios sino incluso de superioridad implícita.Y justamente esos comentarios son un fuerte argumento de por qué es importante seguir conmemorando este día. Sin la lucha feminista, que lleva más de dos siglos pugnando por el reconocimiento y protección de derechos humanos de las mujeres y por la igualdad de las personas (el feminismo no es una moda o una ocurrencia como algunos quieren confundir sino una teoría crítica y un fuerte movimiento político y social que sobrevive desde la Ilustración), sin el trabajo y sin la brecha que nos abrieron las mujeres que nos antecedieron aún a costa de descalificaciones, agresiones e incluso asesinatos, no solo estaríamos conmemorando los pocos avances que llevamos. Esos comentarios y actitudes son la razón para que tengamos que seguir visibilizando que esas formas de violencia NO SON NORMALES, no son sanas, no ayudan a construir relaciones ni familias sanas, armónicas ni plenas sino que limitan el potencial de las mujeres que representamos más de la mitad de la población y cuando la mitad de la población vive en contextos de violencia, cuando esa mitad no tiene las mismas oportunidades para desarrollarse plenamente, cuando vive con miedo a salir de noche, a caminar por las calles, con miedo a ser secuestrada, violada o asesinada incluso en su propia casa por su pareja o un familiar que es la realidad de muchas mujeres, niñas y adolescentes, se condena a la mitad del país a la exclusión, al rechazo y a la marginación y esto se convierte en un pesado grillete para que México pueda no solo consolidar su democracia como forma de vida y como sistema político sino también para generar desarrollo económico estable y duradero. Sin mujeres con vidas libres de violencia no podemos hablar de democracia ni aspirar a cifras de desarrollo de primer mundo.
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