En las fotos de abajo queda claro cómo las diferentes corrientes feministas tenemos puntos en desacuerdo. Lo que nunca estaré de acuerdo es que unas se asuman con la autoridad de atribuir quién es verdaderamente feminista (claro, mientras comulgue con sus causas) y segundo, quién sí es sujeto político del feminismo y quién no. Me rehúso a que repliquemos esos ejercicios de poder y de autoridad.

Hace poco leí un artículo*** de cierta corriente feminista abolicionista de la prostitución que habla de una fractura irreconciliable con los movimientos LGBTI (así de manera general) sin distinguir o reconocer que:

A) Para varias personas, principalmente trans, ya no existe ese movimiento como un conglomerado. Al menos en Mexico y España he leído y conocido movimientos autónomos de resistencia #trans*.

B)Incluso, considero que tampoco existe un solo movimiento #trans. Creo que se están gestando diversos movimientos con voces locales especialmente quienes esencializan la identidad y quienes no (mi postura es esta última) pero respeto y hago alianzas con mis compañerxs trans en los puntos que tenemos coincidencia.

C)Me parece sumamente problemático que las voces que son transexcluyentes sigan hablando de movimientos LGBTTTI o de la Diversidad sexual e interpelen a hombres cisgénero gay para abordar temas que generan debate dentro de los feminismos o sean ciegas a las Diversidades de nuestros pensamientos y posicionamientos políticos. Sería como generalizar a todo un grupo poblacional por alguna de sus partes que necesariamente no representan los diferentes posicionamientos incluso cuando están situados en contextos específicos. Pienso y valoro los trabajos maravillosos de Jessica Marjane Lia Garcia Leah D. Muñoz Siobhan F Guerrero Mc Manus Mauro Cabral Grinspan Daniel Nizcub Adonai PyleAngie Rueda Castillo Silvia Susana Jácome García Gloria Virginia Davenport Fentanes Denisse Valverde Iturralde Yazz Jaziel Bustamante Rubi Juarez y muchas personas más con perspectivas sumamente valiosas, estemos de acuerdo o no.

D)Me preocupa que quienes nos interpelan como supuesto colectivo LGBTTTI lo hagan pensando que somos un grupo homogéneo y sin diferencias internas incluso sustanciales pero que forman parte de los debates al interior que continúan enriqueciéndonos y, a veces, lamentablemente dividiéndonos.

E) También me inquietan ciertos argumentos que ni siquiera nos consideran como una de las corrientes del feminismo como a veces sucede con el Transfeminismo. Esto es particularmente grave porque en el fondo nos lleva a la pregunta de siempre “qué es ser mujer” y quienes somos esos sujetos políticos dentro de los feminismos. Ahí los argumentos de algunas voces se acercan peligrosamente a los grupos anti derechos principalmente religiosos.

F) Considero que quienes nos interpelan poco o nada nos leen. Se leen y se citan a sí mismas y así mismos. Por esto, difícilmente conocerán la diversidad de aportación teóricas y propuestas sociales y el debate puede ser una discusión de sordxs.

Finalmente, creo que una agenda abolicionista del trabajo sexual que no contemple la protección de la identidad de género de las personas trans y la incorporación a beneficios sociales especialmente a las mujeres trans quienes por los ciclos de pobreza y violencias ejercen este trabajo lo único que llevará es a mayores ciclos de violencia y más pobrezas hacia las trabajadoras sexuales trans y colocan en mayor riesgo a lxs defensorxs de los derechos de las mujeres trans.

Algunas abolicionistas dirán que esa es nuestra agenda y no suya -olvidando convenientemente que estamos bajo el manto feminista- pero es importante que conozcan esta preocupación porque no es que sea una diferencia insalvable sino una realidad que debe ser atendida y no podemos permitir que se generen contextos de mayor violencia hacia las mujeres trans que a pesar que no seamos un grupo mayoritario, en términos proporcionales las violencias que padecemos son alarmantes, impunes y criminalizantes. Y esa realidad la padecemos todas las mujeres y considero que por ahí podemos encontrar sino coincidencias al menos comprensión de por qué especialmente a algunos movimientos trans nos preocupa el abolicionismo que no contempla estas violencias así como que no considere la posibilidad que sí existan mujeres que en el ejercicio de su autonomía puedan ejercer el trabajo sexual de forma temporal o permanente. Y ante todo, nunca dejemos de escuchar ni permitir la exclusión de los diferentes colectivos de trabajadoras sexuales porque son ellas quienes tienen la experiencia encarnada y propuestas sociales ya avanzadas que no deben ser desacreditadas ni subordinadas por la academia porque esa es otra forma de violencia institucional y jerárquica.

Rebeca Garza

@Rivka_Azatl

*** https://elpais.com/sociedad/2018/11/16/actualidad/1542392343_090003.html