El problema NO es que las personas #trans ingresemos al baño de acuerdo a nuestra identidad de género sino que las personas cis SEPAN que comparten el sanitario con una persona trans o la existencia de la sola posibilidad por alguna política de inclusión.
Van dos anécdotas ⬇️
Durante mi proceso de transición (2004-2006), al momento de ingresar al sanitario de hombres los propios hombres me decían espantados “se equivocó de baño” y me indicaban el de mujeres. Justo recordé ese momento hoy que charle con mi queridísimo @JossielAran
En otra ocasión y por la misma época me dirigía conscientemente al baño de hombres. Me detuvo una chica muy amablemente y me dijo: “Oiga, ese es el de hombres” y me enseñó el de mujeres. Me hice la sorprendida y me fui al de mujeres.
Con actos parecidos me fui haciendo más consciente que lo que YO SOY empezaba a ser reconocido por mi entorno a través de las propias personas y ese mismo entorno reconfiguraba el “orden natural” de los espacios sociales. Y esa reconfiguración NO generaba ningún caos social.
Ojo, dije personas y no instituciones eran quienes cotidianamente cuidaban la supuesta segregación sexual a partir de suponer el sexo de la persona a partir de sus marcos de referencia sexo/género.
Claro que el tema de la “pasabilidad” también operaba pero estoy segura que con todo y el “passing” las reacciones hubieran diferentes si intencionalmente me hubiera enunciado como trans.
Ambas personas hubieran proyectado en mi supuestos de pánico como, por ejemplo, intención de ver pitos o acosar mujeres según el ojo cis-hetero que me leyera como persona trans pero con una mirada filtrada por sus prejuicios sociales.
En definitiva, el contexto de amabilidad porque me suponían cis hubiera cambiado a uno de hostilidad o, en el mejor de lo casos, confusión dependiendo no sólo del passing sino de otras características (tono de piel, apariencia de cierto estatus, tatuajes. Etc).
Por eso insisto: el problema no son los sanitarios ni los baños de género neutro sino los inconfesables prejuicios hacia las personas trans a partir de mentiras propagadas por miedos inexistentes o casos aislados abordados de manera sensacionalista y para generalizar.
Todo lo anterior para perpetuar estigmas hacia las personas trans en el imaginario colectivo y continuar con la legitimación de la invisible pero constante exclusión y rechazo a las derechos y espacios dignos como personas.
Este problema es más grave cuando se inculcan esas ideas desde la infancia, en especial para negar un acceso elemental y cotidiano para las #infanciastrans que asisten a escuelas porque les hipersexualizan de una forma que sería escandalosa para un niño o niña cis.
Poco se habla de la ansiedad y el miedo -sin hablar de los problemas que generan las ganas de aguantarse las ganas de ir al baño por horas- porque sí existen las reacciones violentas, las miradas insistentes y las frases hirientes disfrazadas de broma.
En cambio, generalmente el debate es a partir de la mirada cis adulta acerca de los supuestos -porque nunca son hechos- de la confusión, miedo y violencias que podrían vivir niñas y niños cis de ¡niñez trans!
Esta anécdota viene a cuento por la inauguración de los baños incluyentes de la @UAQmx y los próximos que implementará @INEMexico producto del #ProtocoloLaboralTrans
Enhorabuena y a seguir generando cambios sociales cotidianos que promueven y fortalecen la democracia incluyente como forma de vida.
Rebeca Garza
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