Oaxaca es de las pocas entidades que incluyó en la misma iniciativa de reforma el reconocimiento al matrimonio igualitario y a la identidad de género pero sólo se habla del primero.

Esto lleva a que la narrativa nuevamente borre la lucha y presencia de las poblaciones trans* y no binarias y nuevamente sólo sea en clave cis-diversa.

Se ha documentado que la principal forma de violencia que las personas trans* podrán experimentar será el transborrado o invisibilización, es decir, que las aportaciones y logros que se puedan alcanzar no serán registrados y serán olvidados con el paso del tiempo, principalmente, debido a la idea de la diferencia sexual como elemento básico para clasificar la información personal negando la existencia social de otras formas de habitar el cuerpo.
El trans-borrado o invisibilización está relacionado con la insistencia y facilidad con el que las voces y las historias de las personas trans* son descartadas, ignoradas o subordinadas por el sistema cisnormativo, al no ser contabilizadas en los censos de población ni aparecer en las encuestas o estudios que den cuenta de la pluralidad política o que los logros o historias de personas trans* destacadas no sean sistematizadas ni tomadas en cuenta en los registros históricos.
Tiene efectos importantes en evitar dar cuenta de las historias de las personas trans* obstaculizando que el Estado pueda crear políticas públicas incluyentes, o bien, producen omisiones de las políticas públicas ya existentes, como cuando los partidos políticos borran los liderazgos políticos trans* al momento de evaluar perfiles para las candidaturas.
Creo que hoy Oaxaca dió otra lección: la agenda a favor del matrimonio igualitario puede marchar a la par que la identidad de género porque sucede que esta última va rezagada con 19 entidades a favor del matrimonio igualitario y 8, de la la identidad de género.


Sin demeritar al matrimonio igualitario, es importante reconocer que el acceso a la identidad de género fortalece el derecho a la identidad. Este derecho se articula directamente con el acceso a la educación, a la salud integral, a los programas sociales, al empleo, el acceso a la justicia, incluso a una muerte digna donde no se borre la existencia de las poblaciones trans* y no binarias.
Entonces invito que también hablemos de la #IdentidadDeGénero como avance de una agenda política importante no sólo a favor de las diversidades sino también acerca de la importancia de dialogar sobre la reconformación de las relaciones sociales e institucionales que son también necesarias para generar contextos más libres de violencia al desmontar mandatos de género binarios y rígidos que constriñen las expresiones e identidades de género así como los deseos y sexualidades humanas que son parte intrínseca de como nos constituimos como sujetos políticos.
Lo anterior, para que estas reformas faciliten el acceso efectivo a sus derechos humanos de las poblaciones trans* indígenas, afromexicanas y más precarizadas y se genere un andamiaje que nos lleve a la ruta hacia una vida libre de violencias estructurales.
Rebeca Garza




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