El artículo en referencia se puede consultar aquí.
Porque las personas trans somos más que una teoría y una discusión académica; porque las feministas críticas de genero nunca nos interpelan como sujetos de derecho; porque nunca nos leen ni les interesa leernos a menos que seamos personas trans que legitimen sus argumentos; porque reiteradamente se les ha señalado que detrás de sus argumentos trans excluyentes existen fuertes prejuicios sociales que se niegan a cuestionar; porque no es ético que generen debate alrededor de suposiciones que surgen de generalizaciones a partir de casos de personas trans que no son representativos en un contexto donde los asesinatos de las personas trans se consideran de los mas despiadados que generalmente encuentran espacio en los medios amarillistas, donde el promedio de expectativa de vida de las personas trans en Latinoamérica es de 35 años (de acuerdo a la CIDH) y las tasas de desempleo, pobreza, exclusión a los derechos sociales, y el reiterado cis-borrado de sus trayectorias de vida son una regla que se ha normalizado en una sociedad que es violenta no solo en términos de género porque también se les ha denunciado su clasismo y colonialismo disfrazado de academismo.
En qué se basa la autora para afirmar que “ La “identidad de género” está fundada en los roles sexuales que el feminismo pretende abolir.” Ningún abordaje serio sobre la identidad de género lo ancla a roles sexuales sino al contrario. 12
“La teoría queer niega la base misma de la opresión sexual. El sexo es una realidad biológica”.
Luego, hace una argumentación que es fuertemente cis-binaria y genitalista porque ¿Cómo define esa realidad biológica? La respuesta siempre es evadida.
Hablo de la Proposición de Ley del derecho a la libre determinación de la identidad sexual y expresión de género. Esta ley reproduce el concepto queer de “género”. Entiende el género como identidad, como categoría de la personalidad. Observamos que es un entendimiento totalmente opuesto al feminista. Donde el feminismo ve roles impuestos, la teoría queer ve manifestación espontánea de la personalidad
Después confunde y se confunde a partir de su mirada cis. El abordaje a la identidad de género se basa en el reconocimiento al libre ejercicio de la autonomía, por lo tanto, todas las personas tenemos una identidad de género que no necesariamente está anclada a lo genital, lo hormonal e incluso lo genético. Posteriormente, sigue propagando la falsa idea cissexista que la identidad de género es “una manifestación espontánea de la personalidad” (¿confundirá identidad de género con expresión de género?)
La “identidad de género” está fundada en los roles sexuales que el feminismo pretende abolir.
También es falso el argumento de que la identidad de género refuerza los roles sexuales cuando es justamente lo contrario. Creen que las leyes que reconocen la identidad de género obligará a “transicionar” a las personas que no se ajustan a roles de género cuando estas leyes y reformas buscan desactivar los dispositivos de control y sanción hacia para que las personas cis y trans puedan libremente expresarse en términos de género.
La teoría queer habla de personas agénero, de género no binario, de trangénero… La multiplicación de los géneros, la identificación de cada quien con que lo que desee es un solución muy lícita, pero individualista y que en modo alguno es capaz ni de cuestionar la jerarquía sexual. La solución colectiva y feminista es la abolición del género. Solo sin género, el derecho al libre desarrollo de la personalidad será efectivo.
Después, demuestra que esta alejada de los debates transfeministas puesto que la crítica liberal-individualista hacia posturas Queer despolitizadas y consumistas han sido hechas fuertemente por diversas personas trans, Intersex en diferentes escritos y sus respectivos movimientos políticos. La abolición del género también pasa por el cuestionamiento a la asignación de un sexo determinado a partir de la morfología de los genitales así como el proceso de socialización que surge de esta asignación.
Si el sexo se autodetermina, si se elimina el indicador y la base de la opresión sexual ¿cómo protegeremos los derechos basados en el mismo? Pongamos unos ejemplos prácticos: las leyes de identidad comprometen al deporte femenino, busquen los casos en los que las competiciones femeninas son ganadas por hombres que se identifican como mujeres.
Nuevamente confunde sin tomar en cuenta que hay argumentos que ya han sido desmontados como el tema de la inequidad en las contiendas Deportivas entre mujeres trans y cis. Ya Hortensia Moreno abordó este tema en este articulo.
Asimismo, ponen en riesgo las políticas de paridad (cuotas) vulnerando de esta forma el derecho a la igualdad efectiva y a la no discriminación. Especialmente preocupante es que cualquier hombre con “identidad de género” femenina pueda acceder a espacios exclusivos de mujeres, tales como vestuarios o casas de acogida de mujeres arriesgando la seguridad física y la privacidad de las mujeres.
Luego sigue confundiendo y levantado pánicos morales con respecto al tema de cuotas de género e identidad de género, seguramente por el caso de falsas candidaturas trans de Oaxaca en 2018; ignorando los argumentos de quienes hemos escrito sobre ese tema justamente para hacer la denuncia de la apropiación del discurso trans por hombres cisgenero violentos.
También se propone la sustitución de la categoría “mujeres” por términos como personas gestantes o menstruantes. Estas solo son algunas de las consecuencias de las leyes de identidad y una cosa está clara, es que nadie nos las está explicando. Y por supuesto, se deben elaborar leyes que garanticen los derechos del colectivo trans y que corrijan la situación de discriminación que sufren. Las feministas críticas de género pedimos que se instituyan estas leyes y que sean compatibles con la protección y garantía de los derechos basados en el sexo.
Nuevamente hay confusión por ignorancia o mal intención: el término de personas gestantes y menstruantes surge para visibilizar dichas experiencias que atraviesan los cuerpos de hombres trans, personas intersex o personas no binarias. De hecho, si leyeran lo que se escribe desde los movimientos trans e intersex -que dicho sea de paso son muy diversos en España, Mexico y Latinoamérica- sabría que incluso por respeto justamente a la opresión de las mujeres (no trans) cuando se habla del tema del aborto, por ejemplo, generalmente se dice “para las mujeres y personas gestantes”, por lo tanto, no existe ninguna invisibilización ni desprotección de derechos humanos.
La teoría queer tiene otras implicaciones. Uno de sus textos fundadores, “El género en disputa”, ya en sus primeras hojas llama a la deconstrucción del sujeto político del feminismo negando pues, que el sujeto político seamos “nosotras, las mujeres” y pretendiendo ampliarlo para convertir al feminismo en una amalgama de colectivos con las más diversas demandas.
Otro error es reducir los abordajes de la identidad de género a Judith Butler, cuando los movimientos trans e intersex también han sostenido diálogos críticos con dicha autora. Su mirada cis la imposibilita en citar escritos serios de personas cis, trans, intersex, que han estudiado sobre el tema desde la academia y desde la experiencia encarnada.
La desigualdad también se nutre de la falta de claridad conceptual. Esta confusión sexo-género y otros propuestas queer forman parte, como algunas teóricas feministas han advertido, de un contragolpe o reacción patriarcal. Esta teoría atenta contra lo desarrollado por la teoría feminista y pone en riesgo los derechos y espacios de las mujeres.
Llega el golpe final: afirmar que la identidad de género es un golpe del patriarcado -poniendo nuevamente a las personas trans, en especial las mujeres trans como chivos expiatorios- negando TODOS los argumentos que permitirán que las personas -TODAS- tengamos vidas más habitables puesto que rompe la hegemonía de lo masculino ligado a pene y testiculos y lo femenino a la vulva, ideas preconcebidas que la autora considera materialmente incuestionables y ancladas inexorablemente a las subjetividades humanas.
Por Rebeca Garza
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Para que no nos borren…
Porque la prensa que invitamos nunca asisitió…
Para que nuestras voces no se pierdan en la construcción de la Cis-Historia
Porque ya no nos callarán y seguiremos expresando con orgullo y libertad quienes somos
Porque seguiremos exigiendo con rabia y dignidad el reconocimiento y protección de nuestros derechos
Porque somos sus poblaciones y somos prioritarias, aunque su ceguera cis se los impida ver.
Video de Conferencia de GlendaPradoCabrera “Cómo prevenir y combatir la transfobia”
(pendiente)
Fotografías de Conferencia de GlendaPradoCabrera “Cómo prevenir y combatir la transfobia”
PrimeraRemembranza #Trans de Querétaro por @QuereTrans
Presentación
PronunciamientoPolítico de @QuereTrans
Pronunciamiento político de @QuereTrans (1/5)Pronunciamiento político de @QuereTrans (2/5)Pronunciamiento político de @QuereTrans (3/5)Pronunciamiento político de @QuereTrans (4/5)Pronunciamiento político de @QuereTrans (5/5)
Recordando con dignidad algunxs hermanxs que ya no están
Fotografías de 1a Remembranza #Trans de Queretaropor @QuereTrans Colectiva
La convivencia 😊🙏
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Ha habido mucha desinformación, alguna mal intencionada y otra por desconocimiento, acerca de los derechos humanos de las infancias y adolescencias trans que reconocería y protegería la iniciativa de la CDMX y la colocaría como una con los más altos estándares en derechos humanos en esta intersección de edad e identidad de género.
Tanto la iniciativa como las infografías han sido construidas e impulsadas por activistas, muchas de ellas madres de familia de hijxs trans como Tania Morales que conocen en carne propia las dificultades que las infancias trans viven cotidianamente así como activistas y colectivos trans y alianzas cis.
Invito a leerlas con calma y detenidamente, poniendo conciencia en las emociones que les producen y profundizar si detrás del detonante existe un prejuicio social moldeado por años de estímulos cissexistas, transfóbicos y adultocentricos.
¿En qué se sustenta el argumento de que las infancias trans “no saben lo que son” o lo que sienten? Quienes lo argumentan, ¿cómo se hubieran sentido que al momento de expresar su identidad y sus sentires sólo obtuvieran rechazo, burla, regaños y exclusión? ¿No es más sano -en lo físico y en lo emocional- apostarle a la receptividad sensible sobre lo que la otra persona tiene que decir especialmente si nos habla desde el dolor, desde la tristeza o incluso si se manifiesta con el más solitario silencio y auto-aislamiento?
El reconocimiento de la dignidad humana implica cuestionar desde qué lugar miramos y nos expresamos (¿mi condición de persona adulta me da la autoridad de legitimar o descartar lo que tienen que decir lxs niñxs?) y hacia que lugar dirijo mi discurso (¿mantendrías ese mismo discurso si tu fueras esx niñx?).
Detrás de esta iniciativa y de estas infografías veo madres luchando con amor, con dignidad y con rabia desobediente por la dignidad humana de sus hijxs. Veo una gran enseñanza ética hacia quienes dicen luchar por la vida ya que una vida sin reconocimiento a su dignidad ¿es vida?
Veo que las alianzas entre personas trans y cis pueden ser profundamente amorosas y políticamente potentes para dar voz a quienes este sistema adultocéntrico históricamente niega: a las infancias.
En un contexto regional y mundial donde la polarización parece ser la norma, he aquí una posibilidad hacia otros horizontes donde cualquier infancia pueda tener una trayectoria de vida con menos restricciones sociales y por lo tanto menos violentas, más libres y más consciente de la riqueza de su individualidad que da materia a la diversidad humana.
Rebeca Garza
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La investigación fue realizada con el apoyo de la Embajada de los Estados Unidos en México y la coordinó Ari Vera Morales, mujer trans activista y fundadora de “Almas Cautivas, AC”.
El informe incluye: marcos legales sobre los derechos humanos de las personas trans a nivel internacional y nacional; antecedentes sociales de la población trans en América Latina y el CAribe y en México; también incluye la metodología de estudio que tiene una aproximación cuantitativa mediante una encuesta en línea y dos cualitativas, entrevistas en profundidad y grupos focales; en el apartado de resultados además de las características socio-demográficas y la adscripción identitaria incorpora también temas como la familia, la migración, el reconocimiento jurídico de la identidad, el acceso a la educación y la escuela como espacio de discriminación, el trabajo y los derechos laborales, el acceso a la salud como un derecho humano incluyendo la mental, sexual y reproductiva así como lo relacionado con los procesos de transición como terapias de reemplazo homornal, intervenciones quirúrgicas, entre otros; incorpora el tema de las violencias como acceder a la justicia, en la familia, en las relaciones de pareja, en el espacio público, el abuso policial y la endodiscriminación; finalmente, cierra con conclusiones y recomendaciones para políticas públicas.
El documento se puede descargar aquí y está depositado también aquí:
Pensar en las personas trans es pensar en la resistencia, el autocuidado, el miedo, la incertidumbre; el poco o casi nulo entendimiento, sensibilización y empatía por parte de los otros; esos otros que caminan por las mismas calles, que son tomadores de decisiones, aquellos que se sienten con el privilegio de seleccionar quién sí y quién no; esos otros que se consideran mayoría, lo “normal” y el deber ser.
El ir y venir de las personas trans están marcados por la discriminación, exclusión y violencia; y las consecuencias de esto dependen del contexto político, social y geográfico de la región donde la persona trans desarrolla su vida, pues no es lo mismo ser una persona trans que reside en la Ciudad de México que una que vive en el norte o el sur de nuestro país. Existen pocas investigaciones respecto a las personas trans en México y la mayoría están enfocadas en el tema de VIH e infecciones de transmisión sexual, por lo tanto se desconocen las diferencias y los matices que existen en torno a nuestra cotidianidad; qué pasa con las personas trans que se encuentran en centros educativos, o aquellas que requieren de atención médica, de un empleo, y en el peor de los casos, las que están privadas de su libertad o huyendo de la violencia y criminalización por ser quienes somos.
Obtener y sistematizar información sobre las personas trans es de suma importancia para la incidencia en la creación de políticas públicas que garanticen el ejercicio de nuestros derechos, para visibilizar los atrasos y retos que el Estado deberá reconocer y resolver a través de acciones afirmativas que aminoren la brecha de la desigualdad, así como poner en marcha medidas urgentes para frenar los asesinatos de las personas trans motivados por la transfobia y los discursos de odio.
La antesala de esta investigación surge a partir de nuestra participación en el programa International Visitor Leadership Program en la categoría de Derechos Humanos de las Personas Trans auspiciado por la Oficina de Asuntos Educativos y Culturales del Departamento de Estado de los Estados Unidos. En noviembre de 2016 visitamos las ciudades de Washington D.C. y Los Ángeles, California, como parte de un fortalecimiento de liderazgos en la defensa y promoción de los derechos humanos de las personas trans. Durante este programa se realizó un intercambio de conocimientos, herramientas y buenas prácticas con representantes del gobierno federal y local estadounidense, organizaciones civiles trans, líderes y lideresas del movimiento trans así como personas trans empresarias.
A nuestro regreso, al hacer la evaluación del programa los y las participantes vimos la necesidad de recabar información, de tener datos desde nuestra perspectiva trans, pues a lo largo de nuestros encuentros en los Estados Unidos nos dimos cuenta que no teníamos certeza en nuestras respuestas sobre situaciones específicas.
Es por ello que la presente investigación pretende dar una mirada sobre la situación de las personas trans en México a nivel nacional, en torno al acceso de nuestros derechos en los ámbitos educativo, laboral, jurídico y de la salud, entre otros. Esta propuesta fue presentada por Oyuki Ariadne Martínez Colín, Izack Alberto Zacarías Nájar, Jesús Misael Espinosa Díaz, Rubí Alejandra Juárez Utrera, Marco Alexis Papacristofilou Escartin y quien suscribe, a la oficina de Programación Estratégica de la Sección Cultural de la Embajada de los Estados Unidos en México. Cabe señalar que Rubí y Marco no pudieron finalizar este proyecto por motivos personales y de trabajo, sin embargo, sus aportes iniciales enriquecieron y fortalecieron esta investigación. Es importante destacar que estuvimos presentes en todos los procesos y fases de la investigación, teniendo como resultado un insumo diseñado, planeado, coordinado e implementado por personas trans para personas trans.
Agradecemos el apoyo de la Embajada de los Estados Unidos en México, sobre todo reconocemos a dos grandes aliadas del movimiento de la diversidad sexual en México, Carolyn Turpin y Carmen Landa; que con su empatía, sensibilidad y compromiso tuvimos la oportunidad de desarrollar esta investigación, vital para que los derechos humanos protejan la dignidad de todas las personas.
Conclusiones
El objetivo central de la presente investigación fue caracterizar, describir y analizar la situación del acceso a los derechos de las personas trans en México desde una perspectiva sociocultural, el cual se cumplió cabalmente en los rubros el acceso a la salud, educación, empleo, el reconocimiento jurídico de su identidad, la violencia y discriminación; pues se describen los problemas que aquejan a las personas trans. En términos amplios, la población trans en México sufre una constante violación a sus derechos, no tiene acceso a ellos y no los puede ejercitar, en virtud de concepciones culturales sobre lo que es un hombre y una mujer, arraigadas a lo biológico, a la naturaleza o al nacimiento. Lo que propicia una serie de vejaciones hacia las personas trans que no les permite tener acceso a la salud, educación, trabajo y desarrollarse y vivir dignamente en el país. Por todo ello se puede afirmar que la violencia hacia este grupo poblacional es sistemática, lo que quiere decir que está encarnada en las más profundas estructuras sociales e institucionales.
Si bien el estudio da pautas para realizar algunas generalizaciones sobre la población trans mexicana hubo ciertos sesgos porque la metodología empleada permitió explorar el acceso a los derechos de personas trans jóvenes y adultos, con acceso a la educación, a las tecnologías de la información y comunicación y con cierto ejercicio y promoción de los derechos. Fue imposible llegar a población trans en situación de calle, privadas de su libertad y pertenecientes a un grupo indígena. Sin embargo, la investigación muestra las diferencias, en ocasiones sustanciales que existen de acuerdo al género, ingresos económicos, ocupación laboral, pertenencia étnica y edad, dando cuenta de la heterogeneidad del grupo poblacional. Otro dato importante es el número de menores de edad que contestaron la encuesta, lo que indica que se debe poner atención a la niñez y a las juventudes trans, pues no se cuenta con datos sobre su experiencia de vida. Resultado de la falta de inclusión en los censos y conteos de población, así como en todos los datos estadísticos que se desprenden de las instituciones públicas, se invisibilizan las problemáticas de las personas trans y deriva en que aún no existan tener datos confiables de morbilidad, mortalidad, educación, entre otros que nos permitieran contrastar la información que obtuvimos, salvo en pocas ocasiones.
La media de edad de la muestra es de 29.7 años, que da cuenta de varias situaciones sobre las condiciones de vida de las personas trans: la juventud en la que empiezan su transición, la esperanza de vida de las personas trans que concuerda con la de CIDH (35 años) y que aún es difícil acceder a grupos de edad de mayores de cincuenta años. Lo que ha derivado en la poca información que tenemos sobre las condiciones de vida de las personas trans en la vejez.
Las relaciones de parentesco son diversas, pues obedecen a condiciones socioeconómicas, aceptación por miembros de la familia y expulsión del hogar, lo que propicia que busquen su propia familia en amistades que aceptan su condición sexo/genérica. Al respecto, existen diferencias sustanciales entre hombres trans y mujeres trans, pues los primeros permanecen durante su desarrollo personal que les permite tener una transición bajo supervisión médica, llegar a altos grados de estudio y conseguir empleos bien remunerados; en comparación con las mujeres trans que por lo general dejan la educación básica y tienen menos oportunidades de empleo bien remunerado. La mayoría es soltero/a debido a la edad predominante de la muestra, pero también a las dificultades de encontrar una pareja que acepte su identidad sexo/ genérica y a que aún es difícil hablar del tema con miembros cercanos de su círculo social. Son pocos/as que encuentran espacios de socialización libres de discriminación, acoso y violencia donde se puedan sentir a gusto con su identidad sexo/genérica.
Los ingresos que reciben son precarizados, menor de cinco mil pesos mensuales, lo que implica que aun teniendo un trabajo formal viven condiciones de precarización laboral que se traduce en falta de acceso a servicios básicos como vivienda o servicios de salud. La mayoría tiene trabajo formal en alguna empresa, trabajo informal, se autoemplean y las mujeres trans ejercen el trabajo sexual, siendo las mujeres trans mayormente vulnerables social y económicamente.
Una situación que se rescató de los datos sociodemográficos es la migración interna y externa de población trans en el país. En el primer caso migran del interior de la República a grandes metrópolis en busca de mejores oportunidades económicas y para estudiar, van a ciudades donde hay turismo sexual. La Ciudad de México es uno de los lugares que recibe más población por su inclusión a través de políticas públicas y legislación progresistas; se le conoce como una ciudad santuario por los logros legislativos y en materia de políticas públicas en pro de la comunidad trans, aunque eso produce otro factor de exclusión en el propio grupo poblacional, aquellos que pueden migrar o trasladarse por servicios de salud o realizar su cambio de identidad sexo/genérica y aquellos que carecen de recursos económicos para hacerlo. La migración internacional se ha visibilizado tras la gran cantidad de personas migrantes de los últimos cinco años en el país; se destacan por las violaciones graves a derechos humanos que sufren durante el tránsito, pero también porque deciden permanecer en el país, a esto se suma la falta de capacidad de respuesta para su atención por parte de las autoridades migratorias mexicanas.
En cuanto al reconocimiento de la identidad de género es posible concluir que las personas trans reconocen que es un derecho impostergable, pues tiene beneficios importantes en términos emocionales, sociales y económicos. El hecho de no tener sus documentos en armonía propicia que sufran discriminación en los servicios que solicitan como: seguridad social, educativos o fiscales, lo que desata una serie de situaciones de vulnerabilidad social. Las personas que han realizado un cambio de acta de nacimiento lo han hecho fuera de su entidad, a la que tienen que regresar a solicitar un trámite extra que no siempre es aceptado, lo que complica que puedan tener todos sus documentos oficiales en orden y enfrenten dificultades para identificarse. El centralismo es uno de las características que actualmente tiene el reconocimiento de la identidad en México.
La mayoría de las personas que participaron del estudio no cuenta con el cambio de acta de nacimiento debido a que los cambios legislativos para hacer el cambio de acta de nacimiento solo se encuentran en cuatro estados y son muy recientes, así que las personas tienen que trasladarse a los lugares donde existe este reconocimiento, lo que les implica una importante inversión económica. Además, la posición de varios activistas es el de sentar un precedente en sus respectivos estados para que mediante un juicio de amparo logren sus cambio de acta de nacimiento que permita que otras personas trans realicen su cambio en cada estado y, con ello, propiciar cambios legislativos en su región y a nivel nacional.
Obtener el reconocimiento de su identidad jurídica tiene relación directa con el acceso a un trabajo remunerado y a la educación, pues no se les permite ingresar sin sus documentos armonizados a ninguno de estos ámbitos. Aun así, tienen niveles educativos altos como bachillerato, universidad y posgrados, sin embargo, es un experiencia sumamente violenta y agresiva que sus logros son individuales y del círculo social que les apoya para continuar sus estudios. En la muestra estadística también hay individuos que experimentan interrupción o abandono de sus estudios, en el bachillerato y la universidad, que por general no vuelven a retomar traduciéndose en la poca oportunidad de opciones laborales. Esto afecta principalmente a las mujeres trans, lo que refleja el sistema de desigualdades fundamentado en el género, dejándolas más vulnerables. A lo que se suma que no puedan conseguir sus certificados o títulos universitarios por la falta de reconocimiento de identidad. Lo que más les afecta es que experimentan un sinfín de abusos, agresiones y violencia cuando se encuentran estudiando, pero se distribuyen de forma diferenciada y ambigua en razón de la edad y región de pertenencia.
El acceso a un empleo bien remunerado es casi nulo para las personas trans, sobre todo para aquellas que no han tenido acceso a la educación, no cuentan con su cambio de identidad sexo/genérica, pertenecen a un grupo étnico o padecen VIH/sida. Muchas personas recurren a empleos informales o tienen varios empleos a la vez para tener capacidad económica y solventar sus gastos de vivienda, comida, salud, entre otros. Aun cuando pueden lograr tener una carrera profesional les es casi imposible que les contraten de acuerdo a sus capacidades intelectuales y académicas lo que les obliga, en el caso de las mujeres trans, a dedicarse al trabajo sexual y, en los hombres trans, a buscar fuentes empleo remuneradas entre amigos y/o familiares.
Las pocas personas que logran tener un empleo bien remunerado son en asociaciones civiles o porque lograron batallas dentro de sus empresas para que se les incluyera, tuvieran políticas de inclusión y contrataran a más personas trans.
Respecto al área de salud, resalta que la Ciudad de México tiene mayor ventaja en materia de atención a la salud, a través de las Clínica Especializada Condesa, en las alcaldías de Iztapalapa y Cuauhtémoc, que en el interior de la República, donde los avances son aún incipientes y obedecen a la buena voluntad de las autoridades en turno y a la incidencia que realiza la sociedad organizada en pro de la población trans. De modo que, las personas del interior de la República no tienen acceso a servicios de salud de calidad que puedan cubrir ni siquiera las enfermedades básicas que padecen como una gripe o diarrea; además, la atención que reciben, si llegan a recibir, está plagada de prejuicios de tal forma que son excluidos/as, negando o condicionándoles la atención.
Los problemas que más preocupan a las personas trans es la salud mental, el consumo de drogas y alcohol, que pasan desapercibidas, pero que causan severos daños de salud que no son atendidos con las especificidades que requieren. Además, les preocupa que las personas trans incurran en prácticas que ponen en riesgo su salud en aras de expresar su identidad de género, tales como: el consumo desmedido de hormonas, la infiltración de sustancias de relleno en el caso de las mujeres trans y el uso de vendajes o camisas para disimular los senos en el caso de los hombres trans. En cuanto a las diferencias de género, entre hombres trans y mujeres trans, las segundas sufren mayor discriminación en el sector salud y se ven afectadas por la pandemia del VIH/sida. Respecto a los hombres trans es importante que sean tomados en cuenta por las políticas públicas de salud en temas como: prevención de ITS, embarazo y salud sexual y reproductiva. Lo que se ve lejano porque en México se carece de especialistas que no sólo tengan conocimientos sobre la atención particular que necesitan las personas trans, sino que cuenten con la sensibilidad para atenderlas. Asimismo, al no estar contempladas dentro de las políticas públicas para prevenir problemas de salud pública, como diabetes o hipertensión, son proclives a tener complicaciones derivadas de estas enfermedades crónicodegenerativas que, al conjugarse con padecimientos como VIH/sida o TRH, pueden llegar a ser mortales.
Por último, la violencia de la que son objeto las personas trans es experimentada durante toda su vida y en todos los espacios sociales en los que habitan de forma cotidiana. Viven episodios de violencia sexual como acoso, contactos físicos no deseados, miradas lascivas e incómodas y violaciones tumultuarias. Dentro del acoso sexual existen diferencias sustanciales entre las mujeres trans que sufren acoso por el grueso de la población y los hombres trans que sus atacantes están dentro de la misma comunidad LGBTI. También experimentan violencia psicológica (burlas, amenazas e insultos) de forma cotidiana y constante, cuyos efectos a largo plazo son difíciles de olvidar y se introyecta en las personas haciéndolas sentir como seres inferiores.
Las situaciones cotidianas que más incomodan a las personas trans son: cuando les atribuyen un género a partir de sus genitales, cuando no se dirigen a ellos/as con el nombre que escogieron, cuando no se dirigen a ellos/as con los pronombres personales propios de su identidad de género y cuando su familia no reconoce su expresión/identidad de género. Las mujeres trans o personas no binarias que expresan rasgos femeninos son objeto de considerablemente más agresiones físicas, verbales y sexuales que los hombres trans, por la invisibilización social de estos últimos. Lo que se traduce en mejores oportunidades educativas, de empleo y de acceso a la salud para los hombres trans. A esto se le suma la intersección de condiciones étnicas, género y clase social propician que aumente la discriminación, exclusión y violencia hacia las personas trans que se traducen en sufrir burlas, insultos o amenazas, acoso sexual, agresiones físicas, violencia sexual. Derivando en el alto número de crímenes de odio que se caracterizan por la saña con que son tratados los cuerpos después de quedar sin vida, pues las más de las veces se les mutilan los genitales, se dejan mensajes transfóbicos y se exhiben para que otros/ as vean el castigo que pueden recibir si transgreden las normas de género y, por ende, las de la sociedad. Por último, las instituciones públicas no están capacitadas para recibir quejas y demandas de la población trans que se demuestra en su ineficacia para perseguir los delitos, atender sus necesidades básicas y que accedan a la justicia.
Recomendaciones para políticas públicas
Dado el carácter obligatorio de los derechos humanos para el Estado, es indispensable que éste proponga políticas públicas que específicamente atiendan la discriminación y la violencia de la que son objeto las personas trans en todo el territorio nacional. Para ello se requiere un diálogo constante con la sociedad civil y otros grupos sensibles y conocedores de su problemática. A continuación se señalan algunas sugerencias de políticas públicas por cada uno de los rubros que se han trabajo a lo largo de estudio, pero que no descarta, por supuesto. su interrelación, que bien podría considerarse desde, precisamente la interseccionalidad de condiciones sociales de vulnerabilidad. Es decir, si bien en general las personas trans experimentan violación a sus derechos humanos, hay circunstancias que se entrelazan y complejizan el efecto vulnerable, como la baja escolaridad, la región de violencia y la falta de un empleo. Ahí tendrían que intervenir varias instituciones, en diferentes momentos y con propósitos compartidos. Por otra parte, es indispensable que se atiendan las desigualdades económicas, educativas y de género que se están produciendo al interior de la población trans, mediante políticas públicas que favorezcan a todos para alcanzar un nivel de vida favorable. En lo que cabe a cada uno de los rubros donde los derechos humanos de las personas trans en México se ven comprometidos se hacen las siguientes recomendaciones. Sobre el reconocimiento jurídico de la identidad de género se propone: •Impulsar a nivel nacional reformas legislativas que permitan el reconocimiento de la identidad, expedito y que no requiera a las personas trans ni tratamientos hormonales ni cirugías ni peritajes médicos. •Generar mecanismos eficientes para que el acta de nacimiento se resguarde con prontitud. •Hacer eficiente la homologación de documentos una vez que las personas trans han accedido al reconocimiento legal de la identidad. Esto quizá implique una capacitación amplia a servidores públicos y la revisión de procedimientos institucionales. •Difundir y capacitar a los/las juzgadoras el protocolo de la SCJN, para que tengan elementos que les permita tratar adecuadamente los casos donde estén involucradas personas trans. •Capacitar a todas las instancias públicas sobre el derecho a la identidad.
En cuanto a la educación lo que se recomienda es: •Generar mecanismos institucionales, a nivel federal, estatal y municipal, para garantizar que las personas trans no abandonen o interrumpan sus estudios básicos, medios superiores o superiores, por razones de identidad o expresión de género. Esto comprendería, entre otras cuestiones, que dentro de los planteles educativos se respete la identidad o expresión de género, personal y socialmente asumida por las personas trans, así como los cambios corporales que son parte de una transición de género (y que incluyen la vestimenta y otras formas de expresión de género corporalmente hablando) y, también, el reconocimiento legal de la identidad que algunas personas trans pudieran lograr. •Crear mecanismos institucionales de observación, acompañamiento y apoyo dentro de las escuelas para garantizar que las personas trans no sufran discriminación, ni rechazo de la comunidad de estudiantes, profesorado y administrativos. Dichos mecanismos tendrían que cubrir tres grandes rubros. El primero es la capacitación constante de todo el personal y el alumnado en temas de derechos y no discriminación, en términos general y específicamente por motivos de identidad o expresión de género, esto contribuirá a que las comunidades escolares vayan incorporando formas de interacción no discriminadoras hacia las personas trans (por ejemplo, en el lenguaje); el segundo es el diseño no discriminatorio de espacios físicos dentro de las escuelas, para asegurar que las personas trans hagan uso libre de los mismos, de acuerdo a su identidad o expresión de género; y el tercero contemplaría la construcción y sostenimiento de métodos eficaces de denuncia de la violación de derechos humanos de las personas trans dentro de las instituciones educativas, que incluso puedan hacerse por un tercero, dependiendo de la vulnerabilidad en la que se encuentre la persona afectada. •Que la identidad y expresión de género no conforme sean parte fundamental del conocimiento y educación sobre la diversidad en las escuelas del país. Esto incluye el rescate de las formas, también diversas, de expresar el género en México. En el área de la salud se recomienda: •Que las autoridades sanitarias unan esfuerzos con la sociedad civil organizada para construir capacidades en las instituciones de salud que coadyuven a la debida atención integral de las personas trans. •Incidir en legislaciones en temas de atención a la salud para que las personas trans tengan una atención integral donde se les ofrezcan servicios como: ginecología, endocrinología, cirugías especializadas, infectología, medicina interna, psiquiatría y psicología que incluya atención de primer, segundo y tercer nivel. •Generar políticas públicas incluyentes ante los problemas de salud pública en México, como diabetes e hipertensión, que les brinden atención especializada. •Es necesario que las instancias correspondientes a la prevención, atención y erradicación del VIH/sida actualicen sus diagnósticos y coloquen a las personas trans, hombres y mujeres, como un grupo prioritario, no sólo dentro de la categoría epidemiológica de HSH. •Incluir en las campañas sobre salud sexual y reproductiva a las personas trans. •Las instituciones de salud, así como el Estado, debe incidir en la capacitación y sensibilización de los prestadores de servicios de salud para que dejen de incurrir en prácticas discriminatorias hacia las personas trans. Las recomendaciones para el área laboral son: •Capacitar y sensibilizar a los/las empleadores/as sobre identidad y expresión de género, de los derechos que forman parte, para evitar el rechazo contractual o, en caso de que llegue a darse la contratación, evitar la discriminación dentro del trabajo. •Informar a las empresas e instituciones sobre el derecho al reconocimiento de la identidad de género. •Impulsar la discriminación positiva, en donde los lugares de trabajo contraten a las personas trans. •Hacer una campaña de informativa sobre la legislación penal que involucre el rechazo de un trabajo por la apariencia física. •En cuanto a la violencia es recomendable que se instalen políticas públicas tendientes a favorecer la integridad de las personas trans, por ello: •Las y los activistas trans sugieren realizar una red nacional para dar cuenta de las violaciones a sus derechos humanos y que incida en las políticas públicas en pro de sus derechos. •Es urgente capacitar a los funcionarios públicos de todas las instituciones (de salud, de justicia, educativa, laboral) para que estén preparados en atender a una persona trans. •Son necesarias campañas a la población en general para que conozcan las problemáticas de la población trans con la finalidad de disminuir la discriminación, el rechazo y la exclusión.
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