A propósito del reciente comunicado del Partido Feminista de España CAT.

Hay un argumento del feminismo crítico de género que no se sostiene, entre otros: que los avances de los derechos de las persona trans son una moda “queer” (lo que eso signifique) y tiene que ver con lo que ellas creen que ha surgido espontáneamente y que en realidad ha costado años de lucha y muchas vidas.

Recuerdo el asesinato de Agnes Torres en Puebla después de denunciar a un candidato a gobernador por promover discursos de odio. Ella fue una de las impulsoras a inicios de 2000. Aún Puebla sigue sin la Ley Agnes, como se llamó en su momento y en cambio, ya no la tenemos a ella. Esas tragedias no las ven.

Recuerdo el asesinato de Diana Sacayán que fue una de las grandes impulsoras de los avances en Argentina y que fue abordado como un travesticidio (así se le denomina políticamente el movimiento allá). Una gran avance para el reconocimiento de los Transfeminicidios.

También recuerdo el asesinato de Lohana Berkins, otra gran activista trans de Argentina asesinada y que es un referente en América.

Y podría seguir. Lo que quiero señalar es que detrás de esos asesinatos las personas trans hemos seguido exigiendo derechos y los reconocimientos que la prensa sensacionalista y ciertos sectores que consideran que son una moda es una verdadera afrenta por lo siguiente:

  1. Despolitiza nuestras luchas. Ese discurso sí nos borra porque sienta la narrativa que los movimientos trans no tenemos la capacidad de agencia de promover de forma autónoma cambios sociales a favor de nuestros derechos.
  2. Promueve desinformación que puede alimentar los discursos de odio al ligarnos, sin fundamento alguno y de forma totalmente alejada de la realidad, con grupos que creo muchas ni aspiramos a acercamos como el FMI, aquello que llaman “neoliberalismo” como un kraken y lo “queer” como el pozo teórico del cual surgimos de alguna forma que no logran explicar.
  3. Ignoran que cada avance no sólo han costado años y vidas sino que ha sido con la resistencia de las propias instituciones públicas y de gran parte de la sociedad. Hablan de que el “lobby trans” se ha institucionalizado y es mentira. Las instituciones que reconocen nuestros derechos siguen siendo la excepción.
  4. Por ejemplo, en México sólo tenemos 8 de 32 -espero no equivocarme- estados que reconocen la identidad de género; a nivel federal en 2008 fue el último intento y seguimos sin ese reconocimiento a pesar de las recomendaciones de la SCJN; el protocolo laboral trans del INE tardó 13 años y el protocolo trans electoral 6 meses de construcción con debates
  5. CONAPRED apenas recientemente incorporó una encuesta para medir las discriminación por identidad de género y orientación sexual; la SCJN ha lanzado un protocolo que pocas personas juzgadoras usan; y así por el estilo podemos ir desgranando pocas instituciones que reconocen nuestros derechos pero dista mucho de ser la apropiación de las instituciones como desean promover.
  6. Sin embargo, señalan que nos hemos apropiado tanto del feminismo como de las instituciones cuando ni siquiera estamos en esos espacios. En el INE sólo habemos dos personas trans. Los avances logrados son por alianzas feministas, LGBT y de derechos humanos que nos respaldan. Y, desgraciamente, como sucedió como la marea verde en Oaxaca y en Puebla siguen, sucediendo casos de personas trans rechazas de espacios feministas porque las consideran “infiltradas”, en otras palabras, no las consideran mujeres. Claro, el ataque siempre es a las mujeres trans porque su arsenal epistémico no da para abordar a los hombres trans más allá de llamarles lesbianas confundidas por la heterosexualidad obligatoria.
  7. Repito: LAS ALIANZAS FEMINISTAS EXISTEN. Eso es algo que borran en sus discursos. Creen que ellas representan todo el feminismo por lo que en sus críticas borran y rechazan a las feministas -que no son pocas- que nos respaldan, apoyan y nos quieren. Ante esto, se limitan a ofenderlas o desacreditarlas.
  8. En el mejor de los casos también les “quitan” sus credenciales de feministas o les “bajan puntos en su feministómetro”. Les dice que lean feminismo o que no lo han entendido.
  9. Entonces, como no quieren ver que hay mucha banda feminista que nos quiere, acompaña y respalda en términos afectivos, teóricos y políticos asumen que las personas trans nos hemos apropiado del feminismo cuando es otra falacia. Parece que le apuestan al exterior constitutivo.
  10. ¿Qué es apropiarnos del feminismo? Que la prensa sensacionalista aborde siempre los temas trans con morbo y amarillismo y que generalmente esto genere interés en la gente. Es verdad, pero pasa lo mismo que con el caso de #karenespindola que fue mediatizado por la misoginia. ¿Es culpa de las personas trans? No, es un reflejo de lo transfóbicos, cissexistas, y transmisóginos que son los medios de comunicación y gran parte de la sociedad que los consume y los difunde. Hacia allá deberían lanzar sus dardos.

Entonces, lo trans NO es una moda ni estamos subsumidxs al discurso queer. Claro que nos ha dado herramientas teóricas y conceptuales -como el resto de los feminismos- pero nos asumen sin criterio y sin capacidad de crítica. Además que no leen los debates entre Butler, por ejemplo, y los diversos movimientos Trans.

Creo que las personas trans como las personas cis podemos o no ser feministas; podemos o no apostarle a lo queer y tener diferentes abordajes; podemos abrazar y explorar diferentes corrientes feministas. Tampoco ven esto. Su reduccionismo es tan grande que lo reducen lo esto: Trans=queer.

Asumir que una persona trans es queer es absurdo y reduccioanista. Reprocharnos porque NO todas las personas trans son feministas y hay quienes pueden ser ejercer misoginia es desconocer las estructuras de como opera el género que tanto defienden como sistema opresor.

Rebeca Garza.

Rebeca Garza @Rivka_Azatl

He aquí el Tweet y el Comunicado para la ignominia. Porque no olvidamos.

Actualización (07-11-2019)

La Izquierda Unida emitió un comunicado donde se desmarca de las declaraciones del Partido Feminista y exige una rectificación.