Fuente: El País / 18 de diciembre de 2021

Me duele mucho la cabeza pero estas lecturas logran entretener mi dolor. Yuval Noah Harari es un pensador que me fascina y me agrada ver que está retomando el tema de lo trans de una forma un poco más seria. En “Sapiens” a pesar que que es un libro super recomendable donde literalmente pone sobre el diván de la historia natural la responsabilidad del Homo Sapiens en las cinco grandes extinciones, incluyendo la actual crisis climática que está teniendo consecuencias desastrosas no sólo para el entorno sino para la propia especie humana, no me sentí nada satisfecha sobre la forma en que aborda lo trans pero traté de entenderlo porque desde mi punto de vista hizo un ejercicio monumental de diversas disciplinas para reconstruir el enorme relato que da continuidad en “Homo Deus” (que confieso es otro libro que tuve que pausar).
En este artículo del El País hace una comparación muy interesante entre los debates actuales con respecto a lo trans*, entendiéndolo como un espectro donde también se habita la no binariedad.
Harari (R) responde a las preguntas (P) de David Merchese y recupera la reflexión histórica como durante el surgimiento del cristianismo se dieron debates acalorados acerca de la naturaleza binaria (humana, divina o ambas) de Jesús de la misma forma que actualmente se dan esos mismos debates con respecto a lo trans* y las ideas fijas e inmutables de ser hombre o mujer como parte fundamental de lo humano.
Lo comparto porque me parece que justo estamos viviendo un momento histórico quizás desde el momento llamado “Fin de la Historia” (1989) donde los relatos que nos han servido, como lo señala Harari, para explicarnos el orden de las cosas y dar orden a nuestro mundo social ya no son suficientes dado los retos y desafíos actuales (desde lo que Harari llama transhumanismo hasta la crisis de cambio climático).
Como el pez que mira dentro de la pesera, quizás no estamos conscientes de que estemos viviendo paulatinamente desde poco antes del inicio del nuevo milenio cambios de episteme que a la postre resultarán profundos y que, teniendo en cuenta la ruta que repasa Harari en “Sapiens” podrían explicar no sólo la naturaleza acalorada de los debates alrededor del género sino incluso el resurgimiento de grupos de derecha y conservadores que le apuestan a relatos que han funcionado en el pasado, pero que ya no son funcionales, pero ante el temor de soltarlos porque pasaron a formar parte de diversas capas identitarias subjetivas, sociales e institucionales; sin embargo, los han renovado con discursos donde se apropian de teorías de derechos humanos o incluso feministas para darles validez dentro de la lógica propia de la modernidad pero cuyas conclusiones finales hacen evidente su conservadurismo de mantener el status quo.
Confieso que uno de mis sueños como parte de QuereTrans es poder organizar un panel de diálogo entre el historiador Nuval Noah Harari, el Historiador Mauro Cabral, el filósofo Blas Radi, la filósofa Sayak Valencia y la filósofa Judith Butler justo para pensar en cuáles son las perspectivas sobre cómo se podrán resolver estos debates alrededor del género y cuáles son las posibles consecuencias que pueden surgir, de forma funcional o no funcional, de la persistencia o hegemonía de ciertos relatos. ¿Quién se sumaría a este proyecto para 2022?
Rebe.
P.¿Hay alguna idea que esté todavía germinando y que quizá le parece demasiado radical para su público?
R. Le voy a dar dos ejemplos, uno grande y otro pequeño. Cuando escribí Homo Deus, lo que más me interesaba era qué hay después del humanismo y del liberalismo. Pensaba que el liberalismo y el humanismo eran los mejores relatos que ha creado la humanidad. Ahora tenemos que dejarlos atrás a causa de las revoluciones tecnológicas del siglo XXI, que ponen en tela de juicio sus ideas e hipótesis más básicas. Sin embargo, durante los cinco últimos años, he renunciado a avanzar en esa dirección debido a los acontecimientos políticos en gran parte del mundo. En lugar de ello he empezado a tener que librar batallas en la retaguardia para convencer a la gente sobre el humanismo y el liberalismo cuando lo que quiero, en realidad, es ver lo que hay después.
P.¿Qué hay después?
R.No estoy seguro. No he conseguido avanzar mucho más allá de lo que escribí en Homo Deus. Ahí examinaba de qué manera se está desintegrando la revolución de la información al ser humano, el fundamento del humanismo y el liberalismo. Veía que el nuevo fundamento es el flujo de datos en el mundo, hasta el punto de cambiar incluso la comprensión de lo que es un organismo, lo que es un ser humano; el ser humano deja de ser este yo mágico, autónomo, con libre albedrío y capaz de tomar decisiones sobre el mundo. Ahora, el ser humano, como todos los demás organismos, no es más que un sistema de procesamiento de información que fluye sin cesar. No tiene características fijas. ¿Qué consecuencias políticas tiene este cambio? ¿Y sociales? No estoy seguro. Eso es lo que me encantaría investigar.
P.¿Y el ejemplo pequeño?
R.Estoy leyendo un libro que trata de las nuevas teorías sobre personas transexuales, no binarias y todo eso. El libro que leí justo antes hablaba de los primeros tiempos del cristianismo. Y me llama la atención lo similares que son las dos cosas. Gran parte del debate actual sobre género es extrañamente similar a lo que discutían aquellos primeros cristianos sobre la naturaleza de Jesucristo y la Trinidad. Lo que se preguntaban era, en esencia, si Jesucristo era una persona no binaria. Si Jesucristo era divino, humano, o divino y humano, o ni divino ni humano. Veo en esto ecos de muchos de los debates actuales sobre la naturaleza del ser humano y la persona. ¿Podemos ser ambas cosas? ¿Podemos ser solo una? Y, si ese otro no piensa como yo, entonces es un hereje. En realidad, los héroes de los primeros cristianos eran los mártires y los monjes ascetas, como el famoso Simón, que pasó años encima de una columna. Estaban investigando los límites del cuerpo humano con lo que tenían a su alcance. Ahora, con las cuestiones de género, nos hacemos más preguntas sobre lo que podemos hacer con el cuerpo, si podemos cambiarlo de esta manera o aquella. Hay enormes diferencias entre las dos cosas, pero las neuronas de mi cerebro empezaron a mantener esta conversación sobre el cristianismo primitivo y los debates actuales sobre el género.