¡Dos películas noruegas que me dejaron pensando sobre nuestra sociedad!


Este fin de semana, por mera casualidad, tuve la oportunidad de ver dos películas del director Ruben Östlund que me encantaron: “The Square, la farsa del arte” y “El triángulo de la tristeza”. Desde hace tiempo he estado buscando comedias inteligentes que me hagan reflexionar sobre la sociedad en la que vivimos, y ambas películas lo lograron con creces.

El triángulo de la tristeza: cuando la tormenta saca a flote la verdadera naturaleza humana

La película “El triángulo de la tristeza” nos muestra el mundo de la moda y e influencers, donde la belleza y el dinero son lo único que importa. Carl y Yaya, pareja de modelos e influencers, son invitados a un lujoso crucero donde la tripulación está a su disposición, pero el capitán no sale de su cabina. La tormenta que se aproxima pone en peligro la vida de las personas pasajeras todos ricos y lo que parecía ser un viaje de ensueño se convierte en una pesadilla. En medio de la adversidad, la verdadera naturaleza humana se hace evidente y todos los roles de poder se subvierten.

En esta película, Östlund hace una crítica ácida a la superficialidad y la falta de empatía de la industria de la moda e influencers, al clasismo y al racismo cotidiano.

The Square, la farsa del arte: una sátira negra sobre la hipocresía del mundo del arte

“The Square, la farsa del arte” es una película que nos lleva al mundo del arte contemporáneo, donde los valores humanos y altruistas son exaltados. Christian, el mánager del museo, se encarga de una exposición llamada “The Square”, que invita a la reflexión sobre la solidaridad y la igualdad. Sin embargo, un robo que sufre en la calle tendrá consecuencias inesperadas en su vida profesional y personal.

En esta película, Östlund hace una sátira negra sobre la hipocresía del mundo del arte contemporáneo y su supuesta defensa de los valores humanos. La película muestra cómo, a pesar de que se venden ideas de cambio y transformación social, la sociedad sigue repitiendo las mismas dinámicas opresivas y violentas.

Similitudes en la crítica social de ambas películas

Ambas películas tienen en común una crítica ácida a la hipocresía y la superficialidad de las dinámicas clasistas, racistas y sexistas en diferentes ámbitos sociales. En ambas películas, el director nos muestra cómo la sociedad aparenta ser algo que no es y cómo las personas que detentan el poder utilizan ese poder para mantenerse en la cima sin importar a quién deban pisotear.

Ambas películas me gustaron por su capacidad de hacernos reflexionar sobre la verdadera naturaleza humana y la necesidad de cambiar nuestras dinámicas sociales si queremos avanzar como sociedad. Ambas películas logran hacernos reír, llorar y pensar, todo al mismo

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